La artista contemporánea comenzó su creativo proceso en el año 1976, cuando terminó de estudiar, se mudó a Nueva York y empezó a realizar sus conocidas series de autorretratos. A través de algo tan "sencillo" como una foto de ella misma, ha criticado el machismo, la sociedad de consumo, el excesivo culto al cuerpo, a la juventud y a la belleza. A medida que han ido pasando los años y las décadas, el estilo y la técnica han ido evolucionando, pero no el mensaje. A través de la exageración, la tergiversación y el surrealismo, Cindy cuestiona y hace reflexionar tanto al espectador como a ella misma como personaje y como artista.